Educación activa y respetuosa:

Experiencia en educación alternativa en el Valle Sagrado de los Incas en Cusco, Perú.

En los Andes peruanos se esconde un bello valle, un lugar en donde los Incas construyeron parte de su gran imperio, un lugar lleno de templos al sol, terrazas para cultivo de maíz, quinoa y chía e infinitas montañas cubiertas de nieve la mayor parte del año.

En este lugar lleno de tradiciones milenarias, donde aún por sus campos se escucha el Quechua como lengua oficial, muchas personas le apuesta a brindar otra opción de educación para los niños y niñas de la región. La educación alternativa llegó al Valle Sagrado con múltiples propuestas, pero todas enfocadas en crear un espacio de respeto y conciencia por el desarrollo del aprendizaje de los niños, fomentando espacios de diversidad cultural, actividades de contacto directo con el medio que les rodea y sobre todo, enseñando con libertad y afecto.

Para contextualizar un poco más la educación alternativa es aquella que ofrece otra opción de educación, aquella donde la base es el respeto por los ritmos de aprendizaje de los niños a través de la libertad con límites, fomentar el respeto por la naturaleza, por los demás y por el mismo ser. Existen múltiples propuestas reconocidas como la educación Waldorf o la Propuesta Monttesori, pero existen escuelas en donde se toma lo mejor de cada una para crear espacios de aprendizaje activo y contextualizados.

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Llegué hace un año a Kuska School, una granja escuela que le apuesta a la inclusión y a la interculturalidad que ofrece el distrito de Ollantaytambo, un pequeño pueblo incrustado en el valle muy cerca de MachuPicchu, un pueblo Inca viviente. Esta escuela, aunque pequeña, ofrece un espacio de respeto cultural, a ella llegan niños de diferentes países y contextos, además, se atienden niños locales de familias que toman esta opción un poco cansadas de la deficiencia educativa que tienen los colegios tradicionales del Estado.

Kuska ofrece a sus estudiantes diferentes modalidades de aprendizaje, desde el juego libre, el aprendizaje por épocas, talleres de Quechua, música, arte, permacultura, inglés y sobre todo aprendizaje a través del contacto directo con la naturaleza, con los saberes ancestrales y el conocimiento del ser.

Desde esta propuesta educativa y esta experiencia fuera de mi país también le apuesta al cambio educativo que tanto queremos para Latinoamérica y el mundo, una educación que forme seres autónomos, respetuosos y libres.