Ecos en el salón de clases
Julián Salazar, politólogo de la Universidad Nacional nos cuenta qué lo motiva todos los días a despertarse en la región de Urabá y ser el profesor de geografía e inglés de docena de niños y jóvenes. Además comparte con nosotros cómo son sus salones de clases, sus espacios pedagógicos y una reflexión de los retos a los que estará enfrentando en los próximos dos años.
Lo que me motiva a trabajar por Urabá
Cuando llegué a mi colegio me asignaron geografía de sexto a noveno y también me correspondió el área de inglés, que inicialmente fue en bachillerato, pero se extendió a primaria en los grados 3 a 5. Esto me generó una responsabilidad muy grande con todos los estudiantes y un reto enriquecedor a nivel profesional, ya que es una asignatura que tiene un gran componente didáctico, pero que para muchos estudiantes aún es mundo por explorar y fortalecer. Sin embargo debo admitir que la Institución Educativa Rural Celestino Díaz, ubicada a 30 km del municipio de Chigorodó, en una zona donde los conflictos sociales están latentes y donde los estudiantes deben desplazarse varias horas a pie o a caballo para llegar allí, existe algo que nos motiva a todos los docentes, son las ganas de aprender de los muchachos que desde antes de las 7 de la mañana esperan sentados a que inicie la jornada escolar.
El entorno de clase y las actividades que se realizan
Me llena de satisfacción ver tantos diccionarios de inglés en los pupitres o los nuevos atlas que hemos podido conseguir para dotar la biblioteca, pero sin duda alguna la energía que trasmiten los estudiantes es lo mejor, y los mas importante para mantenerlos motivados es reconocerlos como personas con grandes capacidades y talentos, si tenemos en nuestras aulas espacios donde reconocemos su labor diaria, actividades que lleven al desarrollo creativo y la reflexión, es en esto donde se construye escuela, no es fácil el manejo de grupo de personas tan heterogéneas, es el caso de mi grado sexto de dirección de grupo, donde hay conflictos entre las familias que se ven reflejados en los comportamientos de algunos niños, pero el solo hecho de acercarse tanto al acudiente y al niño, preguntándoles por sus necesidades y su entorno familiar, permite dar cuenta de que faltan muchas cosas por hacer y que el manejo de la disciplina se basa no en la autoridad sino en la motivación que uno pueda transmitir en las actividades de clase, de las cuales podría destacar: “El bingo estelar”, donde hicimos un repaso de los planetas y de los distintos cuerpos del espacio, “Reading time”, es el espacio de 10 minutos destinado a motivar a todos los estudiantes a apropiarse del inglés, “Taller de atlas”, que busca ampliar el conocimiento socio-espacial y el interés por la geografía, así como por otras ramas de las ciencias sociales y finalmente “English cards”, donde por medio de fichas didácticas aprendemos vocabulario con primaria.
Resultados, aprendizajes y retos por cumplir
Los resultados se van dando conforme se avanza en el proceso, pero podría decir que tanto en primaria como en secundaria hay grandes logros en las areas que dicto, como el hecho de ver mapas bien elaborados, tanto en forma como en contenido, otro aspecto que me sorprende es que en pocas semanas los estudiantes se aprendan comandos en inglés y que vayas caminando por la calle y te saluden con un “Hello teacher, good afternoon”, es algo que te alegra enormemente. Actualmente en la institución estamos en los proyectos de marcación de los salones y otros espacios con avisos en inglés y en algunas semanas lanzaremos la emisora que también manejara contenidos en ese idioma, incluso queremos que otras asignaturas incluyan el inglés en algunas de sus actividades, todo esto implica retos enormes ya que el año escolar transcurre a grandes pasos, lo que no implica que se puedan lograr muy pronto.
Debemos ser conscientes de que la tarea más compleja radica en mejorar los estándares académicos y la calidad educativa, por ello el colegio está implementando varios talleres con base en las Pruebas – Saber, tenemos planes pilotos con 3, 5 y 9°, donde no se trata solo de responder a preguntas sobre algunos temas, sino de crear espacios reflexivos y participativos donde los estudiantes manifiesten sus necesidades y demuestren sus fortalezas en cada una de las asignaturas básicas. Debo concluir diciendo que los aprendizajes que obtengo de mi experiencia como docente parten de las necesidades de los estudiantes y de nunca desmotivarse si los ritmos de trabajo o los desempeños no son los esperados en algunas ocasiones, otra reflexión que podría hacer esta en que la tarea del docente no se debe basar en los logros personales en cada aula, sino debe ser integral e interdisciplinar permitiendo una comunicación efectiva entre todos los miembros de la comunidad académica. Basta solo decir que agradezco el apoyo de mi familia, de mis compañeros Ecos, de los coordinadores de Enseña por Colombia y de todo el equipo de trabajo del Celestino Díaz, que hacen cada día más gratificante mi labor transformadora.
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