La experiencia de viajar a Malasia con Enseña por Colombia

En el 2016 tuve el gran honor de representar a Enseña por Colombia ante la Cumbre Mundial de Educación que organiza la red Teach For All anualmente y que ese año tuvo lugar en Miri, Malasia.

Meses antes del esperado viaje, tuve reuniones mensuales con personas de diferentes programas de la red: Rumania, Francia, Inglaterra y Líbano, y juntos buscamos solucionar retos referentes a problemas propios de la educación. En el caso de mi grupo de trabajo, ese reto fue el desarrollo de mentalidades, es decir, cómo cultivar una actitud abierta al cambio y a los retos, capaz de darnos las herramientas necesarias para enfrentarlos exitosamente. Sin embargo, poco imaginaba yo en ese momento que iba a ser mi propia mentalidad la que iba a tener un cambio drástico.

Para ser sincero, siempre me he sentido incómodo alrededor de personas con ideologías religiosas severas y poco flexibles. No era de esperar entonces que trabajar con una mujer que usaba hiyab me sacara muy lejos de mi zona de confort. En mi mente, estas mujeres eran seres oprimidos, silenciosos y sumisos. Personas que seguían ciegamente reglas y que se sometían de manera paciente a los dictámenes de la religión, el estado y la sociedad. No obstante, la realidad estaba muy lejos de ese pequeño mundo imaginario que yo había creado en mi cabeza.

Gracias a Hikmat pude descubrir que detrás de cada velo, hay muchas historias que nunca son del todo obvias desde la superficie.

Hikmat era una mujer asombrosa. Era fuerte, rigurosa, entregada en cuerpo y alma a sus estudiantes y con altas expectativas sobre ellos. Hablaba un inglés perfecto (a pesar de nunca haber salido de Líbano) y era una lectora voraz de poesía árabe e inglesa. Juntos hablamos durante horas sobre pensamiento crítico, y cómo implementarlo en sistemas educativos tan ortodoxos y poco flexibles como los que ambos conocíamos tan bien. Hablamos sobre nuestros proyectos personales. Discutimos durante largas jornadas sobre cómo involucrar a la comunidad en los procesos de aprendizaje de los estudiantes, además de cómo desarrollar en ellos mentalidades ganadoras que les permitieran enfrentar el mundo difícil y cambiante que tienen por delante.

Gracias a que compartí con ella, pude ver en la mujer del hiyab a la profesora, líder y emprendedora que inspiró a toda una comunidad a través del inglés y que ahora está liderando procesos educativos en Pakistán, donde pronto se va a casar. Gracias a ella pude abrir mi pequeño mundo y desdibujar esas borrosas fronteras que antes me permitían catalogar tan fácilmente lo que era normal y lo que no. Esto me sirvió para ver en mis estudiantes, mis colegas y los miembros de la comunidad mucho más que el ´hiyab’ que cada uno de ellos llevaba en su cotidianidad. Gracias a Hikmat pude descubrir que detrás de cada velo, hay muchas historias que nunca son del todo obvias desde la superficie.