ECOS 2013
Mi equipo de baloncesto
Por: Mateo Reyes Mesa, Entrenador del equipo de baloncesto del Colegio Miravalle.
En un primer año de tantas experiencias increíbles, escoger un solo motivo de agradecimiento parece casi imposible. Pero cuando te enfrentas a este reto titánico comprendes que necesitas de una familia para sobrevivir y de allí nace mí más sincero agradecimiento.
Ellos son el equipo de baloncesto masculino y femenino del Colegio Miravalle donde trabajo, y hoy por hoy son la razón principal por la cuál sigo batallando día a día.
Este sueño nació del amor por este deporte y el ideal de impactar la vida de jovenes. Durante mi juventud pertenecí a multiples selecciones deportivas y aprendí el valor sin igual de un equipo. Entendí que la familia no solo se enmarca dentro de lazos sanguíneos, tambien se encuentra en aquellos que comparten pasiones, sueños y metas. Esto se convirtió en la base de una iniciativa que poco a poco se organizó y transformó en una bella realidad. ¿Qué logramos? Aparte de ser subcampeones en un torneo y ubicarnos dentro de los mejores 10 de 65 equipos en Bogotá, encontré esta familia que me llevo a reir, soñar, sufrir, sudar y sobre todo aprender. Dejé de ser un profe nuevo y me convertí en su «coach» y ellos en mi familia. Creí en ellos y ellos en mí. Aprendimos a cuidarnos, respetarnos y confiar los unos en los otros. Ganamos juntos y perdimos juntos.Vivimos momentos difíciles que nos permitieron unirnos y trabajar como un familia verdadera.
Algunos se graduaron a finales del año pasado y este año no estarán, otros continuan y seguramente habrán nuevos. Pero lo seguro es que todos tenemos algo que nunca olvidaremos… nuestro equipo.
Gracias a Dios por cada uno de ellos y a ExC por permitirme conocerlos.
Mi primer año
Por Marcela García
Mi primer año en general fue realmente provechoso, lleno de aprendizajes, experiencias nuevas y retos diarios, en un lugar mágico. Estas son solo tres de las razones por las cuales agradezco con el alma.
Agradezco infinitamente a mis 25 estudiantes del grado primero, quienes a diario imprimieron en mí la voluntad y el deseo por continuar creyendo, muy a pesar de todo. Valoro enormemente su inocencia, laboriosidad, carisma y AMOR incondicional por haber hecho de este año el mayor de mis aprendizajes.
También agradezco a mis estudiantes del grupo de Artes Escénicas. A ellos y ellas debo agradecerles sobre todo por permitirme hacer parte de sus sueños, destrezas y compartir mutuamente este amor y convicción por el ARTE.
También debo reconocer que no hubiese resultado tan maravillosa esta experiencia, sin la compañía y motivación de amigos y compañeros, que terminaron por convertirse en precursores de sueños compartidos e incondicionales agentes de cambio social. A ellos y ellas, mis más sincera admiración y agradecimiento.
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